lunes, 14 de abril de 2008

Reseña XIII festival infantil de arte


Se llevó a cabo la decimotercera versión del Festival Infantil de Arte de la Fundación Cultural Pedro Antonio Paz Rebolledo y nos queda una agradable satisfacción por el deber cumplido.

A continuación, más que realizar una crítica del mismo, redactaré una reseña por poseer dos inhabilidades como crítico: en primer lugar, hago parte de uno de los grupos participantes y en segundo, por estar ultimando detalles del repertorio para nuestro concierto el jueves chiquito no pude asistir a todos los conciertos.

El Festival contó con la participación de Popayán: el Colegio San Francisco de Asís, con sus solistas de música colombiana y su coro en la misa del Carguerito; el Grupo Batuta, con sus actuaciones tanto en el Auditorio del Banco de la República como en la unidad de Pediatría del Hospital San José; el reincidente Coro Titi Ta, en el Banco y en la Iglesia de Julumito y por supuesto no podía faltar la participación del Conservatorio con su Coro Infantil, de amplia trayectoria y los jóvenes instrumentistas con el gran trabajo de los maestros de violín. El ingrediente importado estuvo a cargo del Coro Juglares de Escolanía de Cali, quienes cantaron en el Banco y en la casona de la Cámara de Comercio del Cauca.

Los participantes, sin excepción, demostraron un alto nivel de compromiso como artistas y evidenciaron la razón por la cual el Festival Infantil de Arte lo es por las edades de sus participantes, mas no por falta de madurez de los mismos.

Un satisfactorio balance positivo en lo musical para los organizadores, los cuales corren toda la semana entre los conciertos y el Templo de San Francisco buscando que no falte ningún detalle y que la “Semana Santa Chiquita” ande sin tropiezos.

Quedan varias tareas pendientes para hacer crecer el Festival, entre otras:
La empresa privada de la ciudad debe involucrarse de una manera más activa para buscar una mayor participación de grupos de la región y del país.
Sería muy provechoso aprovechar el evento del Festival como espacio de encuentro para los jóvenes participantes y tal vez realizar una actividad académica con los directores de los grupos y con sus integrantes.
El Festival debe fortalecer su proyección a la comunidad (la cual se manifiesta en los conciertos descentralizados) buscando la integración de la misma no sólamente durante la Semana de Pascua, sino también en otros momentos del año, idealmente durante todo el año.

Felipe Estrada González