miércoles, 6 de febrero de 2008

FECHAS DE INSCRIPCIÓN




FUNDACIÓN CULTURAL

“PEDRO ANTONIO PAZ REBOLLEDO”

SEMANA SANTA INFANTIL 2008





Para los niños que deseen participar en las

Procesiones Chiquitas

Habrá inscripciones los días:

Viernes 8 – 15 – 22

Sábado 9 – 16 – 23

Domingo 10 – 17 – 24 de Febrero

De las 2 a las 6 de la tarde en la

Urbanización Caldas – Casa # 10, esquina

Hay cupos para:

Sacerdotes y moqueros: Niños de 5 ½ años

Cargueros: Niños de 6 a 12 años

Regidores: Niños de 11 a 13 años

Valor $ 5000 pesos por cada noche.

Cada niño debe conseguir su vestido.

Para la inscripción es indispensable la presencia del niño.

Estas PROCESIONES salen los días:

Martes 25, Miércoles 26, Jueves 27, Viernes 28 y Sábado 29 de MARZO de la Parroquia San Francisco, Carrera 9ª con Calle 4ª.

LAS PROCESIONES CHIQUITAS DE POPAYÁN


La compenetración total de los payaneses con sus procesiones de semana santa, tiene entre otras manifestaciones de ella derivadas, una bastante singular y diciente: el inmemorial interés atávico de los niños de la ciudad por reproducir en sus juegos, y con los medios a su alcance, los desfiles sacros de la semana mayor, juego que, como detalle de mayor fidelidad se ha desarrollado en horas de la noche, solo que en la semana o semanas subsiguientes a la propia de Pasión ya que en esta no habrá espacio ni tiempo para nada diferente a la organización y participación en los centenarios rituales.

Larga es la historia de las que finalmente han venido a adquirir carta de ciudadanía como las procesiones chiquitas, en un principio probablemente concebidas y materializadas en el mismo instinto lúdico y el entusiasmo imitativo de los infantes payaneses, al estimulo del propio ambiente religioso y cultural de la ciudad en que crecen, se educan y cuya cultura, lógicamente aprenden y comparten.

En 1958, don José María Arboleda Llorente (1), escribió para el libro del cuarto centenario de las procesiones, un juicioso articulo sobre la historia de las procesiones chiquitas payanesas, del cual transcribimos valiosa información sobre los adultos que, retomando la iniciativa infantil, se esforzaron en uno u otro momento por dar mejor cuerpo a tan singular entretenimiento.

Nos relata el historiador que a finales del siglo XIX, Don Ignacio Delgado, médico payanés radicado en quito, hizo esculpir en la capital ecuatoriana imágenes de 220 centímetros de alto y las envió a sus sobrinos aquí residentes, quienes tras instalarlas en andas, dieron inició a la costumbre, que posteriormente dejaron en manos de la familia Mosquera Wallis, en las cuales a causa de las rivalidades con otro grupo de niños, incómodos al sentirse excluidos del “religioso esparcimiento propio del pueblo payanés” fueron suspendidas y hoy estos pasos forman parte de la colección del Museo Mosquera.

En la primera década del siglo XX, Don Vicente J. Arboleda organizó procesiones con algunos pasos tallados por el carpintero Juan León, y a partir de 1917 el doctor Francisco Velasco Navas y el joven Hernando González hicieron pasos con base en imágenes elaboradas en cartón. Estas comprendían las replicas de los desfiles de martes a viernes, en los que colaboraba la familia Falla Wallis.

Continua narrando Arboleda Llorente, que a las anteriores siguieron las que, con esculturas de barro establecieron los señores Nicolás Rodríguez y Carlos Murillo, y las que Don Cenón Mosquera, a partir de 1935 con imágenes talladas por el mismo, en algunos casos y en otros por el artesano Samuel Murgueito, mientras que las imágenes de El Ecce Homo y del Perdón fueron importadas de Quito. Estas procesiones desfilaron hasta 1947, cuando desanimado por la falta de colaboración de la ciudadanía, causante del desorden e irrespeto en los desfiles, decidió suspenderlas y hoy día, sabemos que la colección se encuentra en la población de Silvia, Cauca, donde desfilan en la propia Semana Santa.

Finalmente, aparecen las que más han perdurado, iniciadas por el educador Don Pedro Antonio Paz Rebolledo, las cuales desfilaron por primera vez en 1949, ya con una organización esmerada y con sus primeros 7 pasos. En su empeño, Don Pedro fue secundado por sus hermanos, Adriano, Gonzalo y Bernardo y sus primos Higinio Paz Navia y Hernando y Mario Paz Bonilla, lo mismo que por Don Humberto Casas y el ya citado Francisco Velasco Navas, cuyos 5 pasos, hoy propiedad de sus herederos, son los únicos que continúan desfilando, junto con los de Don Pedro, en las procesiones completas que involucran 64 pasos y que ahora bajo la organización de la Fundación Cultural que lleva el nombre de este ultimo han venido copando las noches de martes a viernes de la semana de pascua y que a partir del 2001 incluye el día sábado, la replica de la procesión de Nuestro Señor Jesucristo Resucitado que imita, ella también en todos los detalles, a la correspondiente de la semana mayor establecida en 1992, como lógica y necesaria culminación de la conmemoración de la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesucristo. Lo más interesante es que, además de las ultimas procesiones, regidas por toda una organización institucional y que cada día se mejoran y enriquecen en todos sus componentes y que, para mayor fidelidad de la replica con sus homologas, las “Procesiones Grandes” de Popayán, se complementa con el festival infantil de arte, contrapuesto al famoso Festival de Música Religiosa, se han venido institucionalizando a lo largo de los últimos años, durante las noches próximas a las semanas de Pasión y Pascua, en barrios centrales y periféricos de la ciudad, otras manifestaciones semejantes que, si bien carecen del estricto orden, rigurosidad, calidad, estética y concurrencia de las conocidas familiarmente como las “Procesiones de Pedrito”, si son indicativo de ese entrañable afecto e interés que los payaneses, adultos y niños de todos los estratos sociales, sienten por la que se ha convertido, a través de los siglos en la manifestación cultural que identifica, y en parte define, al payanes y su cultura.

Consiente de lo que la Semana Santa es y significa para los payaneses y de su papel como elemento aglutinador y generador de cultura, la Fundación Cultural “Pedro Antonio Paz Rebolledo” surgida, precisamente de la convicción de que las “Procesiones Chiquitas” dejaron Hace mucho tiempo de ser un patrimonio particular para convertirse en patrimonio de la ciudad, se ha propuesto como metas complementarias la de conservar y difundir esta expresión especifica, el trabajo sobre otros aspectos culturales comprometidos con todo tipo de manifestaciones estéticas, creativas y lúdicas, a través de las cuales se cultivan en la infancia valores, saberes, sentimientos que involucren y estimulen calidad de vida, sentido de identidad y pertenencia con la ciudad, el país y la religión; el respeto y la tolerancia hacia los demás, sus credos y culturas, todo concebido y dimensionado alrededor y a propósito de las más ancestrales manifestaciones de los payaneses: sus procesiones de Semana Santa.

Citas:

(1) Arboleda Llorente, José María. Procesiones Chiquitas. Popayán, en el cuarto centenario de sus Procesiones de Semana Santa. Popayán, Tipografía El Carmen, 1958. Pág. 118 sigs.

Diego Alonso Paz Paz.